
Muchos profesionales de sectores como la industria, la construcción, la carpintería, la arquitectura, el diseño de interiores, entre otros, utilizan en sus instalaciones material de aluminio para la fabricación de puertas, ya sean, correderas, pivotantes o, incluso, vallados.
Pero, ¿se usa, por defecto, el aluminio ensamblado? O, por el contrario, ¿Es más común el aluminio soldado? ¿Cuáles son realmente sus diferencias? ¿Qué forma de trabajar es mejor o cuál es el mejor acabado? Muchas de estas preguntas son las que se plantean los clientes a la hora de elegir qué tipo de montaje y acabados desean para realizar sus proyectos.
¡Resolvamos el enigma!
Principales diferencias entre el aluminio ensamblado y soldado
Antes de destacar las notables diferencias entre ambos sistemas de montaje, cabe recordar que, es imprescindible conocer qué tipos de tratamientos del material, calidades y características se componen tanto el aluminio ensamblado como el aluminio soldado.
Estos factores afectarán, principalmente, a:
- El montaje de la estructura.
- Tipo de lacado.
- Su durabilidad.
- Al propio mantenimiento.
En Portalum, creemos firmemente en nuestros proyectos y, asimismo, dotarlos de seguridad, estética y durabilidad. Por ello, apostamos por el uso del aluminio ensamblado sin ninguna duda. ¿Por qué? Conozcamos sus múltiples ventajas frente al aluminio soldado:
1. Estructura y piezas independientes: el aluminio ensamblado está compuesto por piezas totalmente independientes entre sí, unidas por piezas atornilladas que llamamos TOCHOS, con la ventaja que supone un desmontaje fácil de ejecutar, en caso de rotura o desperfecto en cualquiera de sus piezas ensambladas.
Un claro ejemplo de comodidad en el uso del aluminio ensamblado, son en puertas correderas destinadas a garajes residenciales, ya que, con su uso diario, éstas se enfrentan a posibles golpes por diversos factores: climáticos, accidentales…
2. Excelente calidad en los procesos de acabados: este material se laca en barras de 7 metros de largo y en plantas de lacado vertical con sello de calidad Qualicoat y Sea Side (seguridad de corrosión para ambientes marinos). En el caso del aluminio soldado, el proceso de lacado se lleva a cabo en plantas horizontales y no verticales, donde además se procesan también otro tipo de materiales cómo el acero, pudiendo existir fácilmente contaminación entre los acabados, esto es debido a que se pinta la puerta ya terminada, en vez de cada perfil por separado.
3. Disponibilidad de acabados, anodizados y maderas: el espectáculo de puertas con este tipo de acabados es brutal para los ojos de cualquiera. El aluminio ensamblado permite realizar imitaciones de la madera y anodizados, al tener el tratamiento de lacado en barras de hasta 7 metros de altura. ¡Una auténtica locura! Este tipo de tratamiento no se puede realizar en aluminio soldado.

4. Belleza, estética y glamour: muchos son los adjetivos que podríamos utilizar para definir el uso de este tipo de material, ya que, el resultado final, tanto en puertas como es vallados, no deja indiferente a los ojos de cualquiera.
5. Compromiso de durabilidad: el proceso de lacado en el aluminio ensamblado es llevado a cabo bajo el estudio del más mínimo detalle, lo que conlleva, una mayor durabilidad en el resultado final de todos los proyectos.
6. Controles de calidad en fábrica y terminación de producto: a diferencia del aluminio soldado, el montaje del aluminio ensamblado es totalmente mecánico, por lo que se asegura la calidad al 100% en todos nuestros productos, podemos decir que todas salen iguales, mientras que, el aluminio soldado, se ejecuta de forma muy manual por un profesional soldador, no siendo siempre el resultado final esperado por el cliente, ya que depende en 100% de la pericia del montador y del buen día que tenga.
Después de enumerar las 6 diferencias entre el aluminio ensamblado y el aluminio soldado.
¿Por cuál de ellos te decantas?
En Portalum, lo tenemos claro.
¡Larga vida al aluminio ensamblado!